viernes, junio 15, 2007


En el jardín.


Salí a caminar un rato, pasear mientras dura la brisa de la mañana. Pasaba frente a la casa de Ray y lo vi arrancando las hierbas de la jardinera, como a los diez minutos se dio cuenta que ahí estaba yo parado junto a la reja, no escuchaba nada conectado a sus audifonos. Me dijo que había puesto nuevas plantas, con nombre de algo africanis. Las flores parecían margaritas de diferentes colores, muy intensos (muy saturados en lengua digital) naranjas y ocres, también había amarillas incluso blancas, circundando a la corola una franja negra en la base de los pétalos.

Bonitas plantas -le dije, arrancando algo que parecía pasto.

Esas no -exclamo alarmado. Esta es una nueva planta, están germinando de las semillas que produce la flor, por eso estoy arrancando el pasto, así no tienen que competir tanto y al fin de esta temporada la jardinera sólo tendrá de estas flores. Como ves crecen en ramos si se juntan varios el sol ya no toca a la tierra y entonces las hierbas ya no tienen chance, aunque el pasto es muy peleonero y parece que hay una variedad para cada situación. pero sin las caricias del sol casi nada puede vivir.

¿Y cómo sabes cual es pasto y cual no? Así de chiquitas se ven iguales.

Si te fijas puedes ver las diferencias -contestó. Pero si las escuchas no te equivocas.

Mientras hablaba movía la tierra con un rastrillo pequeño y encontraba más hierbas.

¿Y tu las escuchas?

¡Claro!, todo lo que tienes que hacer es sintonizarte, en tu mente les dices lo que vas a hacer y ellas te ayudan. ¿Cuando paso el rastrillo por la tierra que desprendí y que se supone ya no tiene hierbas tu ves las hierbas que se han quedado?

No tan rápido como tú -respondí

Es que yo les pregunto y las plantas no saben mentir.